
He visto este artículo de David Díaz para www.elpais.com y no puedo estar más de acuerdo, no le quito una coma.
A pesar de los muchos detractores que tiene la ginebra, del apogeo del vodkatonic, del lanzamiento del vino de Jerez en los cócteles, y de la insistencia de los rones en invitarnos a sus fiestas para acabar como actrices acabadas, el gintonic sigue siendo el rey de reyes en el Olimpo del cocteleo. Para los que llevamos ya dos décadas fieles al pontificado de este brebaje, cada día nos resulta más difícil encontrar almas en pena que, como nosotros, caminan por el purgatorio de los amantes del gintonic de toda la vida, ese que no comulga con el barroquismo al que la industria del buen beber ha sometido a nuestro fiel compañero de fatigas etílicas.